Cuando uno emprende se mueven muchas cosas a nivel interno y no es fácil lidiar con todas esas emociones: miedo, inseguridades, bloqueos… y nuestro peor enemigo: nosotros mismos con nuestro juicio interno e hiperexigencia. Por no hablar del famoso síndrome del impostor… ¿te suena todo lo que te estoy diciendo? ¿Y no sería mejor poder disfrutar del emocionante proceso de construir algo nuevo sin sufrimiento y, sobre todo, con compasión y amor hacia ello y nosotros mismos, respetando y entendiendo todas las fases por las que pasaremos? Porque sí,  las transitaremos y nadie podrá evitártelas, pero sí hacerte sentir que también están bien. Porque somos humanos. Yo te invito a recorrer ese camino acompañado de alguien que ya lo ha transitado y sabe exactamente cómo puedes sentirte en cada momento, para allanártelo, incluso atajártelo, y, lo más importante: recorrerlo con un sostén emocional. Y poder disfrutarlo dejando de preguntarte: «¿Yo no emprendí para estar mejor?»

Probablemente hayas pasado por estas dos situaciones: «tengo que hacer, hacer, hacer…» viviéndolo con estrés y angustia o por la de «no puedo hacer nada:mañana, mañana, mañana…», a menudo consecuencia de la primera: procrastinación. ¿Te suena? Bien, ahí también puedo ayudarte con una buena, pero equilibrada ( y por tanto saludable) planificación. Quizás no sabes por dónde deberías empezar…ni cómo. Puede que te falten herramientas y todo ello se te hace mucho más bola en tu cabeza de lo que es en realidad. ¿No te ha pasado muchas veces que has ido posponiendo y posponiendo algo porque creías que iba a resultarte muy complicado y luego, cuando conseguiste superar ese bloqueo, te pusiste y te diste cuenta de que no para tanto? De nuevo el miedo. O también podrías bloquearte por querer abarcarlo todo a la vez.. Recuerda: primero una cosa, luego la otra. Solo necesitas marcarte unos tiempos, pero también flexibles… Si hoy no has podido también está bien. Encontrar un equilibrio. Y en esto tener a alguien que te vaya marcando una hoja de ruta, con un calendario y con quién poder revisarlo periódicamente y asesorarte para que no te encalles en ningún punto puede ayudarte, y mucho.

Cuando hablo de asesorarte es a todos los niveles: emocional y profesional (si es que se pueden separar). Pero sí, está claro que te faltarán conocimientos de marketing o a nivel técnico cada vez que vayas a dar un paso. Por ejemplo, empezando por el mismo nombre de tu negocio. Ya solo el proceso del «naming» es todo un tema: ¿Qué nombre escojo? ¿Cómo lo hago? ¿Y qué tengo que tener en cuenta para elegirlo? ¿Está libre ese dominio para mi web? ¿Y para mis redes sociales?  Por no hablar de cuando te pongas ya a crear tu página web… ¿cuál es el mejor hosting para mi?  ¿Puedo crearla yo mismo? ¿Y mis redes sociales? ¿Qué necesito? Calma. En todos esos aspectos puedo ayudarte. Recuerda que, aparte de que también pasé por ahí, tengo amplia experiencia y formación en marketing digital por lo que podré facilitarte la información, recursos y herramientas que necesites para abordar cada proceso. Y si en algún punto del mismo sientes que no puedes o no quieres encargarte de ello, siempre puedes contratar alguno de mis servicios aparte.